
Un comienzo
Esta sección deberia llamarse «sobre mi», pero siento que no se trata de eso, que esta pagina no se trata de quien soy yo, sino del movimiento que se esta generando y del inicio de este.
Aun así, me presento: Mi nombre es Natalia, soy psicóloga, sureña por elección, artista en proceso (que pudor decir eso) y creadora de Mi Fuego Lento.
Durante años me he dedicado a acompañar a personas en procesos terapéuticos desde una perspectiva psicoanalítica, cuidando las palabras que emergen, las pausas, los silencios y los cuerpos que incluso sin palabras también hablan.
Esta es una profesion que no es sin el encuentro con el otro, sin impactarse; por lo que los movimientos que se generan en sesion, tambien me han movilizado en lo personal. La experiencia de acompañar me ha enseñado que nunca es un camino recto, apurado, predecible. Que la única forma de acompañar es bajando el ritmo, permitiendo el impacto, jamás adelantarse a la respuesta.
Más allá de mi profesion, también he transitado momentos de ansiedad, confusión, depresión y sobre todo, de búsqueda. Es así, que este modo de acompañar empezó a hacer eco en mi, en preguntarme ¿Cómo me acompaño yo? Sentí que estaba viviendo para afuera y mi cuarto propio estaba frio.
Mi Fuego Lento nace desde ahí: desde la necesidad de hacer que este cuarto sea un hogar. Darle calorcito, volver a habitar la vida sin tanta prisa, con más sentido y más cuerpo. Es un espacio donde confluyen la psicoterapia, la belleza, lo sensorial y lo artesanal. Este es un proyecto que me permite reunir lo que soy: una persona sensible, amante de los olores, de los objetos que calman, de las texturas que arropan y de las palabras que, cuando llegan, lo hacen con verdad. Rehabitar mi hogar para compartirlo.
Mudarme al sur fue, para mí, un antes y un después. Aquí descubrí que el fuego no solo calienta: también reúne, acompaña, abriga. La lluvia, el frío, la lentitud de los días y la belleza silenciosa del paisaje traen un aire melancolico, de ahi el deseo de crear espacios que acojan, que alivien, que abracen suave y profundamente.
Bienvenidas/os a este fuego lento.
Quizás no haya respuestas rápidas, pero hay brasas encendidas.
Y eso también es comienzo.
